Tres metros bajo tierra

Nilsa. La mujer de la noche

De día una mujer totalmente normal, trabaja con sus Padres y estudia segunda carrera universitaria en la UTH. Pero de noche nadie conoce el secreto que ella guarda muy cuidadosamente, desde hace dos años cuando ocurrió el accidente. Su presa cuando cae en sus garras sufre de dolor aunque también siente tanto placer que desea morir lento. Se encontraba con unos amigos en el Parque Arqueológico Cuevas de Talgua a unos 10 Km de Catacamas, Olancho. El sitio es bastante interesante, el camino de acceso es de tierra. Situado en la rivera del Río Talgua, y en zona de amortiguamiento del Parque Nacional Sierra de Agalta, ofreciendo a los visitantes una experiencia ecológica y de aventura. Llegaron muy felices tomándose fotografías, platicaban sobre lo bonito que es aquel departamento, el más grande de Honduras, pasaron a conocer primero el museo, compraron agua en la cafetería y Benny fue al baño, muy limpio por cierto!. Todos: Alejandro, Kristela, Benny, Lucia, Nelson, Nelsy, Bessy y Nilsa con zapatos apropiados para evitar resbalones por la humedad dentro de la cueva y con linternas se envolvieron en un mundo mágico donde las miradas de los espíritus de los restos humanos que se encuentran en la cueva los observaban. Todos viajaban en un busito con AC, muy cómodo para el largo viaje, y espacioso. En la cueva y con las linternas en mano, ya que hay partes donde no hay luz y para ver a los murciélagos dormir se necesitan los focos. El lugar es impresionante, hay ecos y las personas sobre todo los niños hacen ruidos para escucharse, hay una zona donde no se puede caminar ya que está protegida, la razón son los restos humanos que se encontraron en ese lugar y las dos docenas de vasijas. Se puede observar como el tiempo a formado figuras en las rocas, muchas se pueden ver de cerca y con la ayuda de las linternas. Cuando las placas tectónicas se elevaron, numerosas corrientes subterráneas quedaron atrapadas, buscando una salida. Con el paso de miles y miles de años perforaron las rocas, creando las cuevas de Talgua. Así se explica la creación de ellas pero no como llegaron los esqueletos encontrados. Todos con los ojos bien abiertos, observaban y la oscuridad los abrazaba a cada paso hacia adentro de la cueva. Pero sucedió algo extraño, toda la energía eléctrica se fue y las linternas se apagaron súbitamente, todos se asustaron y gritaron. Se sintió un olor bastante fuerte y el ruido de los murciélagos era ensordecedor, todos sin poder ver pero sentían a los murciélagos volar cerca. A las dos de la mañana, en bulevares, discotecas, restaurantes. Ella seduce a su víctima que siempre son hombres, mostrando su cuerpo, sus senos grandes y firmes. Acaricia con sus uñas suavemente y despacio, las mismas que cortaran su cuerpo al final. Primero le dará placer a él y después al enterrar sus colmillos grandes en el cuello de la víctima, chupará toda la sangre y el placer será en ella. Siempre tiene el mismo sueño. Es un gran murciélago que le muerde el brazo dentro de la cueva en los segundos que ocurrió el apagón, después de eso su vida cambió y un día en un hospital fue cuando el olor a sangre le gusto y la sed secó su garganta. Todas las noches encuentra a un distraído, a un mujeriego, a un inocente, un adolescente. Nilsa la mujer de la noche sale a buscar a su presa y así no morir de sed de sangre, pero su víctima jamás contara lo que le sucedió con aquella mujer misteriosa.

Nilsa Flores.

Las Cuevas de Talgua, sí existen en mí hermoso país Honduras.