viernes, 31 de octubre de 2008

HALLOWEEN


Cuatro amigos


Cuatro amigos jugando cartas (Sebastián de 68 años, Patricio de 54 años, Porfirio de 50 años y Carlos de 49 años) el ambiente era cómodo, todos fumaban, miraban sus cartas sentados sobre sillas cómodas, conversaban, recordaban los buenos y malos momentos de sus vidas. Se conocían desde hace muchos años. Fueron a sus bodas, estuvieron en algunas separaciones, enfermedades, la alegría del primer hijo y los otros que llegaron a sus vidas. Amigos de toda una vida. El reloj de la pared marcaba misteriosamente las 11 y 30 de la noche del 31 de octubre. Sebastián fue un gran deportista en su juventud. Estudio ingeniería eléctrica y se caso con una arquitecta, se embarazaron tres veces. Patricio curiosamente se caso con Patricia y siempre sus amigos lo molestaban. Ambos médicos generales. Porfirio se caso dos veces. Con la primera tuvo una hija y con la segunda con quien fue muy feliz trajeron al mundo a dos hijos. Siempre se veían juntos. A Carlos le gustaba viajar. Se caso con una modelo. Solo tuvieron una hija tan bonita como la Mamá. Amigos de siempre, estos cuatro hombres. Les gustaba ver los partidos de futbol y se alternaban con las casas. Continuando con el juego de cartas en aquel lugar solitario donde solo ellos sabían cómo llegar. La neblina apareció en tempranas horas de la noche, se escuchaba el cantar de los búhos y grillos. Los murciélagos salieron a volar bajo la luna llena de esa noche.
Esperaban el café de la esposa de Sebastián de nombre Josefa quien alegremente aparecía con un tarro lleno del líquido tan esperado y unas galletas para acompañar. Brenda, Eneida y Marta caminaban entre las tumbas buscando a sus maridos muertos y dejar algunas flores. Los tres amigos anteriores esperaban pacientemente la llegada de sus esposas. Solo Sebastián en ese momento podía disfrutar la eternidad junto a su amor Josefa.

Nilsa Flores.

1 comentario:

Le Papillone dijo...

En algun momento me perdi y luego con tus finales inesperados..hay mamma mia...ojala nunca espere yo asi el cafe...